Fotografías de lo jarocho
7 de junio-8 de julio
7 de junio-8 de julio
MIGUEL FEMATT
CARLOS CANO
CARLOS CANO
La Sra. Rosa Borunda de Herrera continua impulsando la proyección de la creación plástica de nuestra entidad a través de la Galería Veracruzana de Arte ubicada dentro del World Trade Center y perteneciente al DIF estatal; espacio que nos presentará desde el próximo jueves 7 de junio la exposición ESENCIA Y REPRESENTACIÓN que vincula las propuestas fotográficas de los maestros Miguel Fematt y Carlos Cano, dos series de trabajos coincidentes en su interés por expresar los rasgos de lo jarocho como signo de identidad que aporta unidad y proyecta a Veracruz.
Alejandro Mariano Pérez, coordinador de difusión cultural del DIF estatal en el World Trade Center, manifestó que para esta institución es importante esta exposición pues por primera vez se mostrará en conjunto la obra reciente de dos de los más importantes creadores del lente en Xalapa y Puerto de Veracruz.
En esta oportunidad presentarán al público imágenes inéditas de ambos creadores que ponen de manifiesto sus más recientes impulsos creativos:
Miguel Fematt (México D.F.1949) Por primera vez nos ofrece una visión poética del paisaje y la vida cotidiana al interior de Veracruz con un sutil matiz de realismo mágico que es evidente en sus atmósferas captadas en diferentes regiones de nuestra entidad.
Para esta ocasión Fematt presentará trabajos madurados que nos revelarán otra faceta desconocida de este maestro de la fotografía de varias generaciones en la facultad de artes plásticas de la U.V en Xalapa. Antes ya se le han reconocido -nacional e internacionalmente - sus esplendidos trabajos de desnudos pero en esta ocasión podremos conocer a un creador menos obsesivo de la geografía corporal y más reflexivo con sus contextos, un vouyerista del paisaje, con una actitud intimista y una muy desarrollada capacidad de admiración ante todo signo cultural y de identidad.
El paisaje jarocho -nos dicen sus fotografías- es un prisma de melancolías por tiempos huidos y esperanzas recuperadas de una infancia y vida compartida con todos los habitantes y sus celebraciones en este solar litoral. Al respecto nuestro autor nos dice:
“La serie (originalmente llamada “Los Veracruzanos”) fue concebida hace casi 20 años, a partir del constante contacto con amigos que mucho tienen que ver con el espectáculo de este Estado donde mi madre nació y donde mis abuelos también nacieron. El haber visitado a estos todos los fines de año durante mi niñez para festejar juntos el cumpleaños de mi hermano salvador (que coincidía con la navidad), dejó en mi retina fijadas una serie de imágenes que, ahora que soy voyeurista profesional, me dedico a recuperar con mi cámara.
Aunque mi familia es de la cuenca del papaloapan, (el segundo río más caudaloso de México), he tenido oportunidad de recorrer el estado de norte a sur, capturando imágenes de su cotidianidad y de sus festejos, los cuales, por cierto, no paran. Uno se podría pasar todo el año visitando festivales locales y vibrar en cada uno como si fuera el único.
Así he registrado varios aspectos de la vida cotidiana de Veracruz desde una perspectiva muy intimista, determinada por mi profundo cariño a mi familia y amigos y por mi admiración a una cultura que corre por mis venas”
Carlos Cano, en contraste, en estas fotografías recientes proyecta su fascinación por el fenómeno jarocho desde el escenario, por la representación de las formas diseñadas por folklore Veracruzano. Como Edgar Degas, Cano se encanta con la explosión de la luz y el color reflejados en la producción del espectáculo Jarocho; las formas y composiciones cromáticas de sus fotografías nos revelan el encanto del artificio y la transfiguración del baile jarocho en lenguaje universal.
En varias imágenes el artista recurre a íconos de lo que podríamos considerar dentro de la veracruzanidad como la belleza de la mujer jarocha, el movimiento del baile como símbolo de la alegría y dinamismo del pueblo porteño, los tocados que si bien elogian la elegancia de toda fiesta también sirven de pretexto para estilizar sus postales y llegar casi a un expresionismo fotográfico.
En su serie, Carlos Cano trabaja con efectismo eficientes representaciones estéticas del movimiento en fotografías muy atractivas para todos, que logran traspasar al espectador la energía festiva de nuestro pueblo que ha sido ejecutada en coreografías globales como las del espectáculo JAROCHO y que hoy ya son parte del consumo cultural universal.
Al respecto de sus paisajes Claudia Díaz Rivera ha escrito “Para Cano, eternizar el paisaje a través de la lente no ha sido un acto sencillo, sino una experiencia que ah ido enriqueciendo a fuerza de años de trabajo, durante los cuales también ha ido agudizando la vista y la sensibilidad: el prodigio no se crea solo, son la mirada y el talento del fotógrafo que lo captan, e incluso, lo construyen”.
En las antípodas, Fematt indaga en lo profundo del ser y estar veracruzanos, en sus ambientes antiguos; mientras Cano se queda impactado con la modernidad de los íconos, la disfruta y la presume, se recrea con el símbolo de proyección internacional y ambos creadores son auténticos.
Alejandro Mariano Pérez, coordinador de difusión cultural del DIF estatal en el World Trade Center, manifestó que para esta institución es importante esta exposición pues por primera vez se mostrará en conjunto la obra reciente de dos de los más importantes creadores del lente en Xalapa y Puerto de Veracruz.
En esta oportunidad presentarán al público imágenes inéditas de ambos creadores que ponen de manifiesto sus más recientes impulsos creativos:
Miguel Fematt (México D.F.1949) Por primera vez nos ofrece una visión poética del paisaje y la vida cotidiana al interior de Veracruz con un sutil matiz de realismo mágico que es evidente en sus atmósferas captadas en diferentes regiones de nuestra entidad.
Para esta ocasión Fematt presentará trabajos madurados que nos revelarán otra faceta desconocida de este maestro de la fotografía de varias generaciones en la facultad de artes plásticas de la U.V en Xalapa. Antes ya se le han reconocido -nacional e internacionalmente - sus esplendidos trabajos de desnudos pero en esta ocasión podremos conocer a un creador menos obsesivo de la geografía corporal y más reflexivo con sus contextos, un vouyerista del paisaje, con una actitud intimista y una muy desarrollada capacidad de admiración ante todo signo cultural y de identidad.
El paisaje jarocho -nos dicen sus fotografías- es un prisma de melancolías por tiempos huidos y esperanzas recuperadas de una infancia y vida compartida con todos los habitantes y sus celebraciones en este solar litoral. Al respecto nuestro autor nos dice:
“La serie (originalmente llamada “Los Veracruzanos”) fue concebida hace casi 20 años, a partir del constante contacto con amigos que mucho tienen que ver con el espectáculo de este Estado donde mi madre nació y donde mis abuelos también nacieron. El haber visitado a estos todos los fines de año durante mi niñez para festejar juntos el cumpleaños de mi hermano salvador (que coincidía con la navidad), dejó en mi retina fijadas una serie de imágenes que, ahora que soy voyeurista profesional, me dedico a recuperar con mi cámara.
Aunque mi familia es de la cuenca del papaloapan, (el segundo río más caudaloso de México), he tenido oportunidad de recorrer el estado de norte a sur, capturando imágenes de su cotidianidad y de sus festejos, los cuales, por cierto, no paran. Uno se podría pasar todo el año visitando festivales locales y vibrar en cada uno como si fuera el único.
Así he registrado varios aspectos de la vida cotidiana de Veracruz desde una perspectiva muy intimista, determinada por mi profundo cariño a mi familia y amigos y por mi admiración a una cultura que corre por mis venas”
Carlos Cano, en contraste, en estas fotografías recientes proyecta su fascinación por el fenómeno jarocho desde el escenario, por la representación de las formas diseñadas por folklore Veracruzano. Como Edgar Degas, Cano se encanta con la explosión de la luz y el color reflejados en la producción del espectáculo Jarocho; las formas y composiciones cromáticas de sus fotografías nos revelan el encanto del artificio y la transfiguración del baile jarocho en lenguaje universal.
En varias imágenes el artista recurre a íconos de lo que podríamos considerar dentro de la veracruzanidad como la belleza de la mujer jarocha, el movimiento del baile como símbolo de la alegría y dinamismo del pueblo porteño, los tocados que si bien elogian la elegancia de toda fiesta también sirven de pretexto para estilizar sus postales y llegar casi a un expresionismo fotográfico.
En su serie, Carlos Cano trabaja con efectismo eficientes representaciones estéticas del movimiento en fotografías muy atractivas para todos, que logran traspasar al espectador la energía festiva de nuestro pueblo que ha sido ejecutada en coreografías globales como las del espectáculo JAROCHO y que hoy ya son parte del consumo cultural universal.
Al respecto de sus paisajes Claudia Díaz Rivera ha escrito “Para Cano, eternizar el paisaje a través de la lente no ha sido un acto sencillo, sino una experiencia que ah ido enriqueciendo a fuerza de años de trabajo, durante los cuales también ha ido agudizando la vista y la sensibilidad: el prodigio no se crea solo, son la mirada y el talento del fotógrafo que lo captan, e incluso, lo construyen”.
En las antípodas, Fematt indaga en lo profundo del ser y estar veracruzanos, en sus ambientes antiguos; mientras Cano se queda impactado con la modernidad de los íconos, la disfruta y la presume, se recrea con el símbolo de proyección internacional y ambos creadores son auténticos.
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